¿Recordáis aquellas fotos antiguas, de color sepia o en blanco y negro, en las que había una tela de fondo y el modelo sostenía unos guantes o una flor mientras miraba a cámara con carita de azucena? Pues aquí tenéis la versión felina de lo más original y espontánea. En esta ocasión, el gatito tiene un talento natural para posar a la antigua, y su carilla entre dulce y trágica nos ha encantado.
¿Recordáis aquellas fotos antiguas, de color sepia o en blanco y negro, en las que había una tela de fondo y el modelo sostenía unos guantes o una flor mientras miraba a cámara con carita de azucena? Pues aquí tenéis la versión felina de lo más original y espontánea. En esta ocasión, el gatito tiene un talento natural para posar a la antigua, y su carilla entre dulce y trágica nos ha encantado.