Las caricias no sólo vienen de nuestras manos, también nuestra boquita puede dar amor al gato en forma de palabras respetuosas. |
Las mascotas deberían llamarse compañeros, para así evitar el tono despectivo que conlleva la palabrita, tanto para el animal como para su cuidador. Así de contundente es el artículo con el que se ha estrenado la nueva revista Journal of Animal Ethics, una recomendación para quitarse el sombrero, aunque en realidad su tono no es reverencial, sino de todo lo contrario.
Las caricias no sólo vienen de nuestras manos, también nuestra boquita puede dar amor al gato en forma de palabras respetuosas. |
Las mascotas deberían llamarse compañeros, para así evitar el tono despectivo que conlleva la palabrita, tanto para el animal como para su cuidador. Así de contundente es el artículo con el que se ha estrenado la nueva revista Journal of Animal Ethics, una recomendación para quitarse el sombrero, aunque en realidad su tono no es reverencial, sino de todo lo contrario.