La artritis se diagnostica con rayos X.

Si tu gato deja de visitar  el  arenero, así, de repente, y empiezas a encontrarte sus aromáticas joyitas por todas partes, no es cosa de locura o de un enfado de bigotes, aunque también podría ser... Hay otras posibilidades: ¿Cómo te quedas si te digo que su fea conducta podría deberse a que  el pobre minino padezca de artritis o, simplemente, de estreñimiento?

¿Artritis, como la de mis abuelos? Sí, algo parecido. Esta enfermedad que afecta  al correcto funcionamiento de los huesos y  las articulaciones suelen padecerla mucho más los perros, pero los gatos no siempre se libran de ella. Sobre todo los que tienen avanzada edad, especialmente si superan los diez años.

La situación suele ser la siguiente: tienes un gato ya mayor, de unos diez años o más, castrado, y que de repente  pasa de la caja. O, lo que es lo mismo, él empieza a hacer sus necesidades por toda la casa y tú empiezas a vivir una pesadilla que no parece tener fin: aparece una caquita o meadita, o las dos cosas, sobre la cama, en el sofá, encima de los muebles, en los rincones, junto a las puertas...

¿Cómo podemos detener este comportamiento? Siguiendo los consejos del prestigioso veterinario Michael Fox, de Nueva York, si nos encontramos en una penosa situación como ésta hemos de actuar del siguiente modo:

Si no está contraindicado (consultar con el veterinario para cada gato concreto) podemos darle unas gotas de aceite de pescado en la comida, "esto puede ayudar, debido a sus propiedades anti-inflamatorias. Esto sería especialmente beneficioso si el gato tiene artritis en la espalda, que es una razón común que vuelve muy difíciles de educar a los gatos mayores sin otros problemas de salud", aconseja Fox.

Y, por supuesto, este veterinario aconseja un chequeo médico para descartar otros problemas físicos relacionados con la edad, en el caso de gatos mayores son muy probables.

Mientras se diagnostica al gato una posible dolencia, podemos mejorar la situación poniendo otro arenero: buscar una descubierto, con la pared más baja. Este cambio le permitirá maniobrar más fácilmente, no sólo al acceder a ella, sino también mientras realiza la evacuación. No olvidemos que la artritis dificulta la movilidad y resulta dolorosa.

Con el paso de los años se producen cambios en los huesos, y algunos de ellos pueden estar relacionados con la artritis, una enfermedad inflamatoria y dolorosa que dificulta el movimiento.

¿Cómo detectarla? Los síntomas son fáciles de ver: notarás a tu gato más sedentario, cojeando,  poco flexible en días húmedos o, por ejemplo, con problemas para tumbarse (lo hace de lado, dejando caer el cuerpo de costado, tal y como suelen hacerlo los perros que sufren esta incómoda dolencia).

Pero no todo es negativo: la artritis no se cura pero tiene tratamiento, cuyo objetivo será mejorar el bienestar y calidad de vida del animal. En general, el tratamiento dependerá del tipo de artritis que se le diagnostique.

Son muchos los gatos mayores que, como el adorable Shorty, tienen artritis.

¿Y si lo que tiene es estreñimiento? Fox recuerda que si las heces son demasiado secas (poco lubricadas) el gato podría haber desarrollado un estreñimiento que puede hacerles experimentar dolor mientras defecan, asociando mentalmente este dolor al arenero, huyendo  entonces de la caja.

Si fuera así, entonces el animalito "necesita un ablandador fecal (el veterinario nos recomendará uno adecuado), o también podemos darle algunas semillas de calabaza, yaceite de oliva", sugiere este experto. Por cierto, la leche está desaconsejada, tu minino podría acabar con diarrea. Imagina cómo se te iba a perfumar la casa ; )