Los niños que tienen gato pueden verse beneficiados de una mayor protección frente a la alergia a este animal, gracias a que desarrollan una defensa que se prolonga hasta la edad adulta. Los padres, sin embargo, si no tuvieron gato en su infancia doblan sus probabilidades de tenerle alergia, según revela un nuevo estudio europeo.
Los niños que tienen gato pueden verse beneficiados de una mayor protección frente a la alergia a este animal, gracias a que desarrollan una defensa que se prolonga hasta la edad adulta. Los padres, sin embargo, si no tuvieron gato en su infancia doblan sus probabilidades de tenerle alergia, según revela un nuevo estudio europeo.