Cómo calmar a un gato en la visita al veterinario
¿Cómo calmar a un gato en la visita al veterinario, cómo reducir su estrés desde casa para llevarlo? La respuesta corta es que habiendo trabajado desde mucho antes para que nuestro gato sea más confiado en casa y fuera. Es decir, no hay fórmulas mágicas, pero sí algunos tips que pueden ayudarte.
Porque mejorar esa inquietud supone socializarlos previamente y establecer con ellos una auténtica relación de confianza, tarea que suele quedar pendiente, sobre todo en gatos difíciles.
Es cierto, no todos los gatos lo pasan mal en el veterinario, pero sí son muchos los que sufren bastante. Ya desde que entienden que queremos meterlos en el transportín para llevarlos al veterinario, y luego el estrés sigue dentro, y en el coche, en la sala de espera, en la consulta, en el viaje de vuelta...
Pero no solo es importante que el gato esté relativamente tranquilo en el veterinario. Un gato sin socializar que esté viviendo en una casa es esencial que se adapte al entorno. Pero siempre sin forzar nada. Es decir, solo en la medida de sus posibilidades y siguiendo su ritmo o, al menos, llegando hasta donde pueda por circunstancias y carácter, entre otros factores.
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Hay razas más dóciles que otras, por domesticación generacional, pero luego están los individuos, cada gato tiene sus vivencias, su carácter, su forma de ser y de sentir. Por lo tanto, no hay fórmulas válidas para todos y lo que para un gato es normal para otro impensable, como coger a un gato en brazos.
Gato confiado, más feliz
Es decir, una mínima socialización del gato en el hogar ayuda a mejorar la convivencia y también es clave para que su vida sea más tranquila y feliz. En algunos casos, será mínima y habrá poco que hacer sin la ayuda de un etólogo, que incluso podría aconsejar dejar al gato a su aire en caso de ser animales rescatados que hayan nacido libres y no puedan estar en la calle por problemas de salud. Por lo tanto, ante casos especiales, el trato también deberá serlo, siguiendo consejos de un profesional en comportamiento felino.
Para que un gato se sienta más cercano a nosotros y nos deje entrar en su espacio más íntimo hay que recorrer un largo camino. Se trata de armarse de paciencia, ir avanzando poco a poco, al ritmo que marque el gato, y tener al tiempo como aliado. El objetivo es que el gato establezca una relación de confianza con nosotros que lo haga sentirse más seguro. De este modo, será un gato que también establecerá relaciones más tranquilas con otros gatos y con desconocidos o con otras personas con las que no tenga esa familiaridad.
El "drama" de ir al vete
Las visitas al veterinario también son un problema, incluso si este viene a casa. En cuestión de salud, prevenir siempre es mucho mejor que curar. Por eso son tan importantes los chequeos de salud. Con más motivo, si cabe, en el caso de los gatos, maestros en disimular el dolor y un mal estado de salud en general para no demostrar vulnerabilidad.
Los chequeos veterinarios periódicos nos ayudarán a cuidar su salud, pero es clave que el gato se deje manipular, es decir que no sea un caos llevarlo al veterinario.
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Si no es dócil ni está socializado este tipo de prevención es complicada de realizar, hay casos en los que requieren que los duerman para poder examinarlo o hacerle pruebas y muchos dueños prefieren no llevarlos al veterinario para evitarles traumas psicológicos.
Algunas ideas
¿Qué solución hay? Incluso los gatos confiados en casa en el veterinario sufren un importante estrés, bien por el simple hecho de salir como por experiencias pasadas con estrés y o dolor o por cualquier otra razón.
Por lo tanto, tampoco aspiramos a que el gato que dócil en casa siga siéndolo cuando se vea dentro del transportín camino del veterinario. En cualquier caso, los gatos siempre sufrirán un cierto estrés ante los cambios y la visita al veterinario, pero el objetivo es que no sea tan grande como para que su reacción se convierta en un inconveniente demasiado grande.
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La idea es reducir el estrés, por ejemplo, trabajando para que el gato se familiarice con el transportín, no olvidemos que los gatos sometidos a situación estresantes suelen actuar de forma agresiva. Convertirlo en cama con un cojín o mantita y que lo tenga siempre a la vista para poderlo usar es un modo de familiarizarlo.
Es clave enseñarlo a entrar en la jaula por sí mismo o aceptar las caricias o el cepillado de personas que no conoce o al menos su presencia sin esconderse o salir corriendo. En estos casos, algunos premios nos pueden ayudar a avanzar, pero siempre dentro de una dieta balanceada aconsejada por profesionales.
Propiciar en lo que sea posible la tranquilidad del animal en el trayecto tranquilizándolo con nuestra voz, sin reñirle ni transmitir nervios ni miedo con el tono o volumen de la voz ni con los movimientos del transportín.
Es decir, que el transportín sea familiar (podemos ponerlo en casa abierto como una cuna o como un refugio) poner una mantita o cunita que conozca y que en el trayecto no se mueva demasiado, cubrirlo con algo desde casa y mantenerla en la sala de espera. Allí colocarlo mejor que en el suelo, en un lugar algo elevado (pero seguro, por ejemplo sobre nuestras piernas), donde se sienten más protegidos.
Estos tips pueden servirnos en el veterinario o para realizar mudanzas o viajes, ya que estos no recomendables para los gatos más allá de lo estrictamente necesario.
También hay transportines más silenciosos que otros al abrir y cerrar, mejor que no lleven ruedas por este mismo motivo y algunos también tienen unas aperturas para acariciarles, pero cuidado con abrir la puerta porque podrían escaparse.
No es momento de darles golosinas ni comida, un gato estresado no suele querer comer y además pueden vomitar por los nervios. En todo caso siempre mejor con la barriga vacía desde varias horas antes por si hay que dormirlo para realizar alguna prueba médica o intervenir.
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Una vez en la consulta, siempre sin interferir en la práctica del veterinario, puede ayudar mucho a que la visita sea menos estresante y a que se le pueda manipular estar a su lado, establecer contacto visual, verbal y tocarlo, acariciándolo o ayudando a sostenerlo con firmeza pero también con cariño, sin que le falte ese afecto tan necesario para calmarlo.
Por último, no somos partidarios de darle calmantes para ir al veterinario, no deja de ser una experiencia traumática para el animal sentir que no tiene control sobre sí mismo mientras se encuentra en una situación extraña.
Socializar, pero respetar
Socializar a un gato para que se relacione con menos estrés con las personas o en entornos nuevos no significa humanizarlo.
Hay una gran diferencia entre un gato manipulable por su dueño en un entorno amigable que no ha perdido el instinto y maneras de ser de gato y los mininos domesticados hasta convertirlos en animales tristes que han dejado de ser gatos, realmente.
Escrito con ❤️
=^.^= Textos registrados.
Fotografía: Karina Zhelnina.
Gráficas: estudio (1)
DISCLAIMER: Información orientativa, no veterinaria. Este blog NO asesora, da opiniones personales basadas en la experiencia y difunde información general que puede contener errores a pesar de que nos documentamos a conciencia. SIEMPRE acude al veterinario, no somos un consultorio ツ
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