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Lástima que el bosque sea de pega, porque al minino le vendría de perlas para perderse en él y, por supuesto, para afilarse las uñas en sus troncos. Sí, ese felino que apoya elegantemente su patita sobre el brazo del sofá es real. De auténtica carne y hueso, aunque parezca un muñeco hecho con la piel de la alfombra.
Lástima que el bosque sea de pega, porque al minino le vendría de perlas para perderse en él y, por supuesto, para afilarse las uñas en sus troncos. Sí, ese felino que apoya elegantemente su patita sobre el brazo del sofá es real. De auténtica carne y hueso, aunque parezca un muñeco hecho con la piel de la alfombra.
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Lástima que el bosque sea de pega, porque al minino le vendría de perlas para perderse en él y, por supuesto, para afilarse las uñas en sus troncos. Sí, ese felino que apoya elegantemente su patita sobre el brazo del sofá es real. De auténtica carne y hueso, aunque parezca un muñeco hecho con la piel de la alfombra.
Lástima que el bosque sea de pega, porque al minino le vendría de perlas para perderse en él y, por supuesto, para afilarse las uñas en sus troncos. Sí, ese felino que apoya elegantemente su patita sobre el brazo del sofá es real. De auténtica carne y hueso, aunque parezca un muñeco hecho con la piel de la alfombra.