Los adorables mininos son auténticos dragones  con  mil ojos y cien lenguas de fuego para algunas personas. No, no exagero nada. Mirad, si no, la surrealista experiencia que tuvo que sufrir un operador del 999, el número del servicio del Reino Unido de emergencias. Todo fue muy extraño, y aún después de haber sucedido no hay manera de encontrarle ni un poco de sentido común a la historia: el operador del 999 recibió una llamada inolvidable, un hombre marcó el número para pedir ayuda porque había un gato en su cocina. ¿Una broma? Nada de eso...

Los operadores de emergencia están acostumbrados a recibir llamadas para rescatar a los gatos atrapados en los árboles o, como mucho, dentro de garajes abandonados. Pero no están preparados para responder a algo así. Se quedaron atónitos cuando un hombre marcado 999 para contarles que había un minino en su cocina.

Alucinando, el operador no podía creer lo que le decía una voz desde el otro lado del hilo telefónico. Insistiendo, de nuevo le preguntó si había oído bien: "¿Qué es lo que usted tiene en su cocina?" El hombre respondió: "Gato, Gato, Gato!" La persona que llamó tenía un fuerte acento extranjero, dijo que necesitaba utilizar su cocina urgentemente, y que el minino se lo impedía, jajajaja

Ni corta ni perezosa, la operadora le contestó algo todavía más increíble aún, haciendo de la situación un completo absurdo: "Cójalo, póngalo al otro lado de la puerta y, a continuación, cierre la puerta."

A no ser que la persona estuviera hablando en serio, que todo puede ocurrir en este mundo, ésta podría ser una de las miles de bromas que la gente gasta a estos servicios de urgencia. Este año, por ejemplo, sólamente la policía de Gluscestershire ha recibido un total de 4.500 llamadas de peticiones de ayuda falsas.


Evidentemente, llamar es poner en juego la vida de otras personas, pues las líneas que se reciben tienen un límite de capacidad. Eso sí, hay que reconocer que tienen su gracia: en otra de ellas, un adolescente llamó para quejarse sobre la forma en que sus padres habían decorado su habitación.

La policía también se queja de que otros servicios de emergencia están plagados de personas que llaman sin tener que hacerlo. Un hombre de 32 años de edad, por ejemplo, pidió una ambulancia ya que "no podía caminar después de bailar demasiado".

En ocasiones, la gracia acaba siendo una broma pesada. Según relata Murray MacGregor, conductor de ambulacia en West Midlands, muchas veces nos llaman explicando situaciones de verdadera urgencia, y cuando el equipo llega no hay nada de eso. "Es imperdonable cuando el paciente revela la verdadera razón. Es difícil de creer, pero a veces llegan a decirnos verdaderas barbaridade. Por ejemplo, uno nos pidió que calentáramos una olla de fideos, mientras que otro quería que su almohada estuviera bien aireada y blandita para ponerse a dormir.

Fuente: www.mirror.co.uk
Fotografía: cripics